“LO CHUSCO DEL TRANSCURSO”.
Hoy, justo cuando me encontraba en el camión
rumbo a la escuela, sucedió algo muy extraño. Una señora se subió al camión con
cuatro niños pequeños (acción que no me molesta), una mochila enorme y su olla
de tamales. Yo me pregunté: ¿Cómo cree la señora que va a poder con todo eso,
dónde pensaba que lo iba a poner? Lo que me hizo inferir un poco en lo “chusco”
del transcurso durante el viaje.
Todo puede ocurrir. Desde pisotones,
empujones, bolsazos, miradas extrañas y porque no, hasta “arrimones”. Pero esas son solo algunas, ya que no pueden
faltar los señores que te empujan para ganarte el lugar, las personas que van sentadas
al lado de tí que se van durmiendo, te
pegan el sueño y hasta de almohada te
agarran.
Recuerdo que un día, con mi amiga Sinaí,
íbamos rumbo a nuestra casa. Se subió
una señora al camión, pasó empujando a todos y pidió permiso a un señor para
sentarse a su lado. De pronto notamos
que la señora lo observaba de una manera extraña, entre impactada y
horrorizada, pero lo realmente gracioso fue la cara del señor, mismo que se
mostraba bastante incomodo. Por lo que intentó continuar su lectura. Acción que no le sirvió de mucho. Fue demasiado chistoso, no pudimos
contenernos y echamos a reírnos sin
parar.
Algo que debo admitir, es que puedo
contar muchas historias distintas,
debido a todas las conversaciones que he llegado a escuchar de personas a las
que jamás he vuelto a ver. Lo curioso es
cómo la gente puede contar toda su vida en menos de una hora, suena y
resulta ilógico.
Lo que no puede faltar en el transporte
público son las interesantes peleas entre los choferes y las señoras que no
tienen pelos en la lengua, ya sea por que el chofer quiere que bajen por la
puerta trasera cuando el camión está
totalmente lleno y la señoras se encuentra en las escaleras de la puerta
delantera, o porque las señoras no quieren pagar el pasaje de sus hijitos y
aparte quieren un asiento para ellos. Son situaciones sumamente divertidas pero
en ocasiones se tornan un tanto agresivas.
En fin, qué más puedo decir, solo que es
realmente una aventura ir en los camiones,
todo puede suceder, desde situaciones molestas, agresivas, chistosas u
otras que no escapan al ingenio y al estrés cotidiano.
Su primera entrada es muy descuidada. Empieza a narrar varios episodios pero no los concluye. Sería mejor narrar uno, pero narrarlo bien. Trate de empezar desde el principio, ubicándonos a los lectores. Narre paso por paso lo que sucedió y por qué, y así hasta que concluya. No dé tantos brincos. Verá como mejorará su escritura. También mejorará si decide cuidarla y corregirla antes de mandarla al ciberespacio.
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