Un
minuto
Todo
pasa tan rápido. Las horas se vuelven segundos. El día y la noche duran menos.
El tiempo ya no es nada. Mi vida se escapa entre mis manos. Ayer sufrí un
accidente.
Mi
novio y yo decidimos ir a cenar hamburguesas. Eran mis favoritas. Al subirme al
auto un escalofrío recorrió mi cuerpo. Sin razón alguna, una lágrima rodó por
mi mejilla. Sentí la necesidad de hablar con mis padres pero no los encontré.
Decidimos
marcharnos pero, esta vez la rutina fue diferente. Tenía ganas de una cerveza.
Como siempre el cumplió mis caprichos. El problema es que no fue una, ni dos,
ni mucho menos tres. Perdí la cuenta después de la quinta.
Él también bebió. Al llegar llegar a las hamburguesas, todo parecía estar bien. Decidimos que yo esperaría las hamburguesas mientras él iba por las papas. Antes de retirarse me abrazó fuertemente y me dijo: “Si algún día te he lastimado, perdóname. Te amo " . Se retiró y me dejó su celular.
A
su lado me sentía muy bien. Ya habían transcurrido 20 mnts y aún no era mi
turno. Comencé a desesperarme. Cuando él llego, yo aún no pasaba. Como hacía
frío, decidí entrar al auto.
En
menos de un minuto, el brillo de mis ojos desapareció. Cuando el subió al auto,
le dije que me llevara a mi casa, que, no me sentía bien. Puso en marcha el auto y nos retiramos. No pude contenerme más y comencé a llorar. Me preguntó
qué si estaba bien. Enojada por su
cinismo, lo cuestioné. No lo negó.
Comenzamos a discutir. La
rabia, la confusión y el arrepentimiento se combinaron
con el alcohol. Íbamos muy rápido. Nos pasamos un alto. Perdí el
conocimiento. Reaccioné tres días después. Ya no se qué fue lo qué pasó .
Los
doctores dicen que si hubiera llegado un minuto después al hospital, tal vez,
ya no estaría con vida. No sé qué duele más, si mis heridas provocadas por el
accidente, o las que provocó aquel mensaje.
Ya
ha pasado una semana desde que salí del hospital. No hay día que no reciba un tulipán, una llamada, o un mensaje provenientes de él . No he querido
contestar y mucho menos perdonar.